OCEANO DE COMPASION
Cuando en el mundo "occidental" llega la Navidad por todas partes se habla y escribe sobre Amor, Caridad, Paz y Fraternidad.
No hay que ser muy espabilados para darse cuenta que se trata de palabras huecas y sentimentalismo absurdo.
El amor tiende a revelarse como pasión, la amistad como intercambio.
Se termina la pasión, se termina el amor. Una parte deja de aportar algo (lo que sea) y la amistad pesa como una losa.
Direis que soy frívolo. Que el Amor existe. Que la amistad es algo divino. Que soy un resentido.
Vale.
Y, sin embargo, hay algo en todo esto que es fundamental (repito, FUNDAMENTAL) en el camino de un Onironauta.
Aunque, debo subrayarlo una vez más... este camino no es el que yo diga o el otro diga. Es un camino de exploración y auto-exploración personal. Por tanto, sobra decir por dónde hay que ir.
Cada cual anda su camino. Si algo os hemos indicado con la Web de los Onironautas o este blog tómese como colección de ideas que, tal vez... y sólo tal vez, se transformen en herramienta. Y dichas herramientas produzcan algún resultado concreto. Asi se extrae el Conocimiento de verdad. Otra cosa es pura creencia.
Bien... me arriesgo a deciros que es fundamental el corazón.
Para no andar con metáforas bonitas os diré que el "corazón" son las emociones.
Las emociones son de dos tipos: agradables o desagradables.
En general las desagradables no sirven para nada y son destructivas.
Las agradables son útiles y constructivas.
Fecundan el pensamiento.
Y si el pensamiento se nutre de ideas correctas, razonables y derivadas de experiencias reales... entonces las emociones positivas son la chispa que hace brotar la creatividad, la inteligencia y hasta la conciencia.
Una vez me ilustraron acerca de la Compasión. Llamémosle, si se quiere, Amor. No sólo entendí su gran importancia sino también el enorme trabajo que tenía por delante para descubrir su esencia.
La Compasión era la mayor fuente de emociones positivas, fecundantes y creativas.
Sin embargo nada tiene que ver con el sentimentalismo.
La clave de la Compasión está en PONERSE EN EL LUGAR DE LOS DEMÁS.
Desde entonces siempre he tenido en cuenta este ejercicio:
- En todo momento y lugar TRATAR DE PONERSE EN EL LUGAR DE LA OTRA PERSONA.
Sea quien sea esa otra persona. Eso incluye amigos, conocidos, parientes y hasta el
Ponerse en el lugar de los demás implica el pensamiento y la emoción.
No vale decir: "vale, es un pobre desgraciado y me da pena".
Hay que llegar a pensar y sentir como esa otra persona... incluso imaginar sus circunstancias, sus anhelos y hasta su vida entera.
Sólo así se puede comprender a los demás.
Y comprender a los demás supone tener Compasión.
Os digo, por tanto, que el CORAZÓN es fundamental.
Y el camino del Corazón es el de la Compasión.
Sólo desarrollando el CORAZÓN es posible avanzar en el camino del Onironauta.
De otra forma será como si no pasáramos de curso. Y Morfeo siempre tuviera que explicarnos el abecedario. O sea, el sueño tendría la finalidad terapéutica de tratar de mantenernos con vida y con un cerebro mínimamente equilibrado.
En fin, no os desearé feliz Navidad ni paz ni amor.
Sólo os diré:
Buscad caminos... pero que tengan Corazón.
Pero el camino nos da sorpresas y bellos regalos, a pesar de tod hay quienes vives aún con un corazón palpitante.
Sigue pues tu camino y que tus reflexiones nos ayuden a encontrar nuestro propio sendero.
oriana
Me alegra ver que habéis abierto un blog. Por fin puedo daros la gracias.
Conocí hace años el Club de los Onironautas y me pareció una página muy interesante.
Con respecto a este post, me has recordado a lo que dice Don Juan acerca de seguir el camino con corazón. Muy cierto ello.
Un saludo desde una tierra onírica.
Además, no puede existir una moneda sin sun cara y sin su cruz. Si no existiese la injusticia, jamás existiría la justicia. El Ying no puede darse sin su Yang.
Únicamente cuando comprendamos y aceptemos ambos (justicia e injusticia por ejemp) estaremos en situación de superarlos, de transcenderlos a ambos, y simplemente no necesitaremos distinguir entre cosas justas o injustas, porque las habremos superado.