Confieso que he explorado. Hay maravillas en este Universo que las palabras nunca podrán explicar. Por esa razón, he renunciado a hacerlo.
La Vida es un asombroso juego mientras permanecemos en ella, olvidados de todo, jugando como si cuanto nos sucede en un minúsculo pedazo de tiempo fuese de la más capital importancia.
Ya se me hizo tarde. ¡Me voy, me voy, me voy!
El conejo blanco corría y corría hacia ninguna parte.
Cierto que este juego es de lo más asombroso. Apenas hemos explorado una infinitesimal parte del mismo. Es grandioso, enorme, fascinante. Y lo estamos jugando en un nivel superior. Descubrimos la parte onírica y eso nos abrió las puertas a tremendas posibilidades.
Realmente no podría decir nada más de lo que ya he dicho. Todo cuanto podía expresar al respecto está en la
web, en este blog y finalmente compendiado y ampliado en el libro
Onironáutica.
Ese libro es mi aportación final al mundo de la exploración onírica. Se lo he pasado a una pequeña editorial que cumplió su cometido editándolo. Posiblemente se pueda conseguir en librerías físicas y virtuales. Tal vez alguna editorial en América o cualquier otro continente llegue a editarlo. Lo cierto es que mucha gente de diversos países lo han conseguido a pesar de las aparentes dificultades. La cuestión es que ahí está. Es parte del juego, le he dado un ligero movimiento y ahora va solo. Hasta dónde pueda llegar será divertido verlo.
LAS DOS CARAS DEL MISMO JUEGO
Ya lo dije muchas veces: lo que la mayoría de la gente llama "la vida" y el mundo onírico son dos partes del mismo juego. Si quieres conocer el Juego tienes que intentar conocerlo en su totalidad. No son partes autónomas en sí mismas, son partes indivisibles.
Por otra parte, el jugador debe reconocerse como tal. Y la única opción es darse cuenta, sin género de dudas, de que
estoy jugando aquí y ahora. Cualquier otra posición te convierte en una simple pieza movida por los acontecimientos del propio juego.
Ahora bien, la propia existencia del Juego sugiere que la Realidad debe ser mucho más amplia. Considéralo.
¿Qué ocurre si un jugador decide abandonarlo?
No, no estoy hablando de abandonar el cuerpo físico. Considero que la muerte es parte del Juego.
Hablo de obtener la conciencia del propio Juego y de la realidad que lo abarca y contiene.
SER ABSOLUTAMENTE
La conciencia es percepción. La conciencia de los sentidos nos permite estar alertas en el mundo físico. La conciencia de nuestra mente nos permite existir y tener la experiencia de otras partes de la vida. Al mismo tiempo nos ofrece la percepción clara y brillante de que
no somos la mente. O, dicho de otra forma, la mente y el cuerpo son elementos del Juego.
Esa presencia que tiene conciencia es el punto de partida de una realización mayor. Es, sin género de dudas, el paso fundamental para ser y no meramente existir como una pieza de un Juego.
Ser no es ni un viaje ni un objetivo. Ser es lo que somos. La realización del Ser supone el fin del Juego, la liberación total de toda la angustia experimentable en la incesante búsqueda de la felicidad y la constante huida de la infelicidad.
Ser es Ser y Ser absolutamente no está contenido en el Juego ni puede ser definido por ninguna combinación de palabras.
FIN
Este blog se acaba. Estas son mis últimas palabras en él. Esta es la última vez que escribo sobre la exploración del Juego. Respecto a Ser, toda expresión es innecesaria pero aún guardo las semillas de la amistad que nos ha unido durante el tiempo que hemos explorado juntos este curioso tablero onírico. Si os apetece, continuaré compartiendo algunos toscos apuntes sobre lo inexpresable. Aquí:
SER.
Mi más sincero y fraternal abrazo,
Sófocles